sábado, 6 de febrero de 2016

El libro que habla a la izquierda

La calle está triste; hay un aire de ausencia en la forma de pasear de la gente y una ausencia total de presencias que antes llenaban mucho más el espacio que empieza a sobrar a mi alrededor, alrededor de mi camino apresurado que, por lo mismo, percibo como extraño en este halo de ausentes.
Las tiendas están tristes. Iluminadas sin clientes, a la espera de que pase la temporada de vacaciones, la de los colegios, la de la cuesta de enero; a la espera de que llegue el frío, de que pase el calor. 
Los nuevos negocios de lo mismo de siempre abren con ilusión y al día siguiente vuelve a la cara de sus dueños la preocupación, pues si no se vende, no se compra ni se vende. 
La calle, que espera la recuperación del ocio consumista, y los negocios, que esperan se recupere el consumo de sus productos, esperan la desesperanza. 

Como cada 25 de mes la gente que busco se junta para denunciar el asesinato machista de las mujeres. Somos pocas, mujeres la mayoría y muchas muy jóvenes.
No hace falta dinero para compartir tu tiempo y salir a la calle. 
Cada día de cada mes podemos llenar la calle para denunciar una injusticia; pronto necesitaremos  más días en el mes, o denunciar cada día multiples injusticias.
Juntas podemos hallar el nombre de la injusticia que nombra a todas ellas, el engaño, el sueño en que nos han dormido de que el poder de consumo y la felicidad van de la mano.

Y juntas despertar.
Despiertas para vernos igual, a quien grita a nuestro lado y a quien nunca hemos visto, pero vive en algún lugar, engañada o pagando con su hambre, su sed y su dolor el precio de este sueño, nuestro engaño.
Despiertas para ver pisoteado el derecho a vivir de todo lo nacido, y aún no nacido, que en algún momento estorbara o se necesitara para mantener ese sueño de crecimiento económico sin fin.
Despiertas para ver cómo el gran mito del progreso, sobre el que se ha construido la civilización occidental, choca con los límites del planeta para mantener su consumo energético y se desvanece.

Despiertas dentro del sueño real en el que la felicidad anida; un nido para cobijo del calor y del frío, de niños y risas, de viejos y duelos, de comida compartida cocinada con esmero; un nido para dormir en paz.
Despiertas para leer El libro de Manuel Casal Lodeiro, que entrega A Esquerda la llave maestra de las puertas que,  Ante o Colapso da Civilización Industrial, conducen a los lugares donde puede anidar la felicidad.







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